Acerca del kárate

Acerca del kárate

Kárate okinawense: cultura tradicional de categoría mundial.
Técnicas de alto nivel y espiritualidad fomentadas por la propia historia y cultura de Okinawa.

■  La historia del kárate de Okinawa 

Hay varias teorías sobre las raíces del karate, pero se dice que el karate era originalmente un arte marcial de la defensa propia practicado por la clase del samurai del reino de Ryukyu como Existen varias teorías sobre las raíces del kárate, pero se dice que el kárate surgió en primer lugar como un arte marcial de autodefensa que practicaban los samuráis del reino de Ryukyu y que formaba parte de su educación básica. Un emisario chino visitó Ryukyu en 1719 y en 1721 escribió el libro «Chuzan denshin roku» en el que incluyó la palabra «拳頭打» (Teiichikun). Hoy en día, esa palabra se corresponde con la palabra actual «正拳» (Tidikun). Se especula que las artes marciales que se llamaban «手» (ti) y utilizaban el «Tidikun» ya existían en esta época.
Asimismo, en el libro de historia «Kyuko», se menciona que el Bojutsu (pelea con bastones) se había extendido en la zona rural al principio del siglo XVIII. Varias formas de «kata» (formas) se crearon rápidamente a través del «手» (ti), que incluían un método de entrenamiento único en el que se utilizaban herramientas, como el «makiwara», un arte marcial de autodefensa con las manos desnudas y un arte marcial que utiliza herramientas como el Bo (bastón) y el Sai (arma punzante). Esto completó e hizo evolucionar el mundo del kárate de Okinawa. Gracias a los esfuerzos de Matsumura Sokon, Higashionna Kanryo, Matsumura Kosaku y demás predecesores, el kárate se desarrolló por completo en el reino de Ryukyu. Tras la Haihan-chiken (abolición de los dominios feudales y establecimiento de las prefecturas) en 1879, el kárate se extendió ampliamente entre las escuelas y el público en general gracias a Itosu Anko, entre otros.

■ Entrenamiento que fomenta la nobleza de espíritu

El kárate okinawense valora enormemente el fomento de las habilidades de autodefensa y de la nobleza de espíritu a través del entrenamiento físico y mental. Con la práctica y el entrenamiento del kata, herramientas como el «makiwara» y las habilidades cara a cara, se puede conseguir un Tidikun capaz de romper huesos, una patada tan afilada como la punta de una lanza, un corazón impasible que es capaz de mantener la calma en cualquier situación y el «mejikara» (la habilidad de transmitir emociones intensas a través de los ojos), mediante el cual se pueden invalidar las acciones del oponente.
Tan solo aquellos karatecas que dominen la «fuerza de los brazos» a través de la práctica de las habilidades y del entrenamiento mental y que posea nobleza de espíritu y carácter podrá considerarse «samurái». Los karatecas actuales han heredado la nobleza de espíritu del «samurái».

■ El origen de la expansión del kárate en el mundo

El kárate de Okinawa ha llegado a muchas personas de todo el mundo. Dos famosos karatecas enseñaron kárate en Hawái: Yabu Kentsu (Shuri) y Miyagi Chōjun. El primero hizo una parada en la isla en su viaje a Japón desde Los Ángeles en 1927 y el segundo, fundador del estilo Goju-ryu, viajó como respuesta a la invitación de un periódico hawaiano, el «Yokoku Jiho Sha», en 1934. Tras la guerra del Pacífico, los karatecas que viajaron a Sudamérica o Norteamérica entrenaron a muchos discípulos en coordinación con los karatecas de Okinawa. Otros viajaron solos a Europa, a países como Francia o España, y entrenaron con dedicación a muchos discípulos. Asimismo, soldados y civiles estadounidenses quedaron fascinados por el kárate de Okinawa cuando esta se encontraba bajo el poder militar de EE. UU. y extendieron su práctica en su país de origen.
En 1922, Gichin Funakoshi viajó a Tokio para introducir el kárate en la primera exhibición deportiva que tuvo lugar en esta ciudad. Gichin se estableció en Tokio e invirtió toda su energía en extender el kárate en la «Meishojuku», la residencia de estudiantes de Okinawa. Más tarde, fueron Mabuni Kenwa y Miyagi Chōjun (entre otros) quienes se sumaron a la expansión de la práctica del kárate en Kansai. Por otro lado, se extendieron dos estilos más de kárate por todo el mundo: el que enseñaba Funakoshi, el Shotokan-ryu, y el que enseñaba Mabuni, el Shito-ryu.
Tras la guerra, el kárate originario de Okinawa y las «cuatro grandes escuelas» (Shotokan-ryu, Shito-ryu, Goju-ryu y Wado-ryu, fundada esta última por Otsuka Hironori) se extendieron y desarrollaron rápidamente por todo el mundo.

■ Arte marcial pacificador y observancia de la cortesía

«El karate carece de ataque inicial».
«No hagas daño a los demás y que los demás no te hagan daño. La filosofía del kárate es no hacer daño».
En estas sabias palabras pronunciadas por los predecesores del kárate de Okinawa, se expresa la espiritualidad de este arte marcial pacificador que respeta la cortesía. Aprender las técnicas y a respetar la cortesía es la razón por la que muchos entusiastas del kárate vienen del extranjero a visitar Okinawa.

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